La planificación estratégica adventista debe llegar a la iglesia local

La planificación estratégica adventista debe llegar a la iglesia local
Imagen Referencial

El encuentro de los líderes sudamericanos adventistas concluyó con el compromiso de los participantes en implementar la visión estratégica.

Hasta finales de 2025, las iglesias locales deberán organizar su trabajo para el año siguiente dentro de la visión del Plan Estratégico Integrado de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Sudamérica. Durante una semana, en Foz do Iguaçu, los líderes adventistas analizaron, discutieron y definieron ajustes en proyectos y acciones con el objetivo de promover el crecimiento de la organización. Los próximos pasos marcarán la consolidación de este proceso. En la práctica, serán los pastores distritales, junto con el liderazgo local, quienes orienten las iniciativas en cada congregación. Su tarea será contribuir al cumplimiento de las metas vinculadas con las prioridades estratégicas de la Iglesia Adventista para el próximo quinquenio: identidad, liderazgo, nuevas generaciones y dicipulado.

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Siguientes etapas 

Según Douglas Menslin, asistente de la presidencia para el desarrollo de liderazgo y planificación estratégica, hay algunos hitos importantes para el avance del Plan Estratégico Integrado de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Sudamérica hasta julio de 2026. La meta inicial es que, hasta diciembre de 2025, los campos (sedes administrativas regionales adventistas conocidas como asociaciones y misiones) apliquen la planificación y realicen una primera evaluación del proceso. Para 2026, la División prevé trabajar junto con las Uniones en la calibración de indicadores, plazos y procedimientos, a fin de lograr un alineamiento final. El cronograma contempla una primera evaluación semestral en mayo de 2026 y, en julio del mismo año, la presentación de un informe sobre los primeros meses de implementación del Plan Estratégico Integrado ya en funcionamiento.

Menos eventos, más discipulado

El pastor Stanley Arco, presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día para ocho países sudamericanos, enfatizó que la planificación colaborativa permitirá evitar desperdicios y dejará de centrarse solo en eventos, generando así mayor eficiencia en la proclamación del evangelio. “Queremos dejar un legado para los que vengan después de nosotros. Y que ellos encuentren este camino ya realizado”, comentó, haciendo alusión a los próximos cinco años. Además señaló que, “una buena planificación es aquella que produce con más enfoque y mayor impacto”. Arco llamó la atención al hecho de que, muchas veces, la iglesia ha priorizado la organización de eventos por encima del discipulado, entendido como el acompañamiento continuo al desarrollo espiritual de las personas dentro de la comunidad adventista. El Plan Estratégico Integrado busca cambiar esta realidad. Al mismo tiempo, aclaró que el éxito del plan depende enteramente del poder divino. “Podemos utilizar las mejores técnicas, pero no alcanzaremos resultados plenos si nuestra estrategia no se desarrolla bajo la dirección del Espíritu Santo”.

En la base

La base de la organización adventista es el miembro voluntario en la iglesia local. Por eso, toda planificación debe llevar a la misión en la práctica. El consultor y administrador Anderson dos Santos Carneiro, que vive en Itararé, São Paulo, se muestra optimista con el avance de la iniciativa sudamericana. Él es miembro regular adventista y actualmente asiste a la congregación de la Iglesia Adventista del Cerrado. Su experiencia como líder del Ministerio Joven lo lleva a evaluar que “utilizar toda la estructura de la iglesia, parar y reservar tiempo de calidad para planificar la iglesia local, además de ser un movimiento esencial, brinda a los miembros un apoyo sólido y efectivo, con una clara demostración de que la prioridad administrativa y misional es la iglesia local”. Carneiro comenta que la unidad en torno a un mismo propósito es vital para el crecimiento. “Ahora toda Sudamérica está en la misma página. Nuestra prioridad local es proporcionar a cada miembro y amigo visitante una experiencia con Jesús”. En su experiencia personal, recordó que llegó a la iglesia porque alguien le entregó un folleto. “Soy fruto de la planificación, pues ciertamente alguien orientado por Dios planeó, ejecutó el folleto y lo hizo llegar a la iglesia local”, resaltó.

Unidad urgente 

El pastor Erton Köhler, presidente de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (sede mundial), participó en las reuniones junto con el secretario ejecutivo mundial, el pastor Rick McEdward, y el tesorero, pastor Paul Douglas. Köhler destacó el carácter colaborativo del Plan Estratégico Integrado de la División Sudamericana. Afirmó que “hoy lo que necesitamos en la misión es la unidad y la integración, porque eso es un prerrequisito para el derramamiento del Espíritu Santo; es lo que dará poder a la misión”. Además, de acuerdo con el líder mundial adventista, “programas como este renuevan el enfoque, porque hoy vivimos tiempos de distracción. Todo es urgente, todo es necesario, y uno necesita entender qué es realmente lo más importante para la iglesia”. También subrayó la importancia de ver el equilibrio entre una planificación más técnica y la dependencia de Dios. “Como líderes, nuestra parte es hacer todo lo que esté a nuestro alcance para cuidar de la iglesia. Para eso, es fundamental la planificación estratégica; es nuestra parte. Solo la planificación no es suficiente, pero el poder del Espíritu Santo es lo que dará poder y hará posible y real una planificación como esta”, enfatizó Köhler.

Compromiso asumido 

Al final de las reuniones de planificación, los presidentes de las Uniones (sedes administrativas regionales adventistas que atienden a una región conformada por algunos países o partes de un país) firmaron una declaración de compromiso. Los siete puntos del documento básicamente resaltan el compromiso de ellos y de todos sus liderados a implementar la planificación guiados por una visión espiritual y misionera. Dos puntos destacados en el compromiso público son la reafirmación de la importancia de la unidad y la valorización del miembro de la iglesia local como un agente relevante para hacer que los planes salgan del papel y se conviertan en acciones concretas. El último aspecto de la declaración resume, en cierta forma, la gran motivación de todos los participantes de esta etapa del Plan Estratégico Integrado: “Seguir proclamando el pronto regreso de Jesús, con esperanza y fidelidad a la Palabra de Dios, a fin de ser una iglesia preparada para el glorioso encuentro con él”.
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