Los miembros tendrán un papel activo en la Planificación Estratégica Integrada de la Iglesia Adventista
Por Adm1n
Imagen Referencial
La propuesta es que los templos locales también participen de las definiciones e implementen acciones que fortalezcan la unidad de la denominación
Por Jefferson Paradello | Países Hispanos
15 agosto, 2025.
Las acciones prácticas que resultan de la Planificación Estratégica Integrada de la Iglesia Adventista del Sétimo Día para ocho países sudamericanos comenzaron a ser establecidas. Los líderes de las diferentes esferas administrativas de la denominación iniciaron las discusiones específicas sobre cómo desarrollar iniciativas alineadas con las prioridades estratégicas que fueron construidas de forma colaborativa desde el año pasado y presentadas durante el Concilio de Administradores y Departamentales (CADE).
La identidad, el liderazgo, las nuevas generaciones y el discipulado ahora dan el tono al trabajo hasta 2030. Tales frentes de actuación tienen por objetivo fortalecer los valores y doctrinas adventistas; la formación de líderes preparados para conducir a la Iglesia en sus más variados frentes, incluso en los templos locales; el cuidado especial con niños, adolescentes y jóvenes, principalmente para que tengan protagonismo en la misión; y la preparación de nuevos discípulos que usen sus dones para conducir a otras personas a Cristo.
La reunión administrativa realizada en la ciudad de Foz de Iguaçu, en Brasil, ha destinado espacio para la presentación y discusión de la Planificación Estratégica Integrada. Pero además de eso, un periodo significativo está reservado para que se establezcan metas que sean debatidas por los directores regionales de cada ministerio de la Iglesia.
Ellos incluyen, por ejemplo, el Ministerio Personal, Ministerio de la Mujer, Ministerio Infantil y del Adolescente, Ministerio de la Familia y Acción Solidaria Adventista (ASA). ¿Pero cómo esa planificación llegará hasta esos ministerios en los templos locales para ser parte del día a día de los miembros?
“Tenemos desafíos en cada una de nuestras iglesias locales, pero entendemos que esa planificación nos ayudará intencionalmente a no solo tener un enfoque más claro, sino también a tener acciones más objetivas. Por eso estamos trabajando juntos para fortalecer aún más el trabajo que nuestros miembros ya han desarrollado para que, unidos, cumplamos la misión”, explica el pastor Stanley Arco, presidente de la Iglesia Adventista para ocho países sudamericanos.
De acuerdo con él, hasta el final de este año, eso ya debería ser una realidad en los templos locales en Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay, preparando a los miembros para pensar en estrategias para el próximo año con base en la planificación general de la Iglesia, en un proceso que tiene que ver con la mentoría directa de los directores de departamentos regionales de las oficinas regionales de la denominación.
El proceso de construcción es colaborativo y también contará con la participación de los miembros de las iglesias locales (Foto: Gustavo Leighton)
Participaciones efectivas
“La respuesta ha sido muy positiva. Percibo que nuestros líderes son muy unidos. Y desde que la planificación fue propuesta y construida en conjunto, hemos visto receptividad. Nuestras líderes de nuestras sedes administrativas entendieron la propuesta, les gustó y, además la están apoyando”, detalla la profesora Glaucia Korkischko, directora del Ministerio Infantil y Ministerio del Adolescente para ocho países sudamericanos.
Al participar de las reuniones con las directoras de estos ministerios, tanto en los niveles de Unión (territorios administrativos para uno o más estados o un país) y de Asociación/Misión (áreas que son formadas por un conjunto de ciudades o distritos pastorales), han percibido que las acciones están volviéndose más coordinadas. Ella evalúa que la disminución de muchos proyectos y programas aislados hará que la iglesia local pueda enfocarse en lo que es esencial.
Glaucia Korkischko (centro) orienta a líderes del Ministerio Infantil y del Adolescente sobre como la planificación debe ser construida en conjunto con los templos locales (Foto: Gustavo Leighton)
“Se espera un liderazgo local más preparado, más alineado y con más resultados en el proyecto de discipulado permanente y duradero, que es nuestra mayor necesidad”, subraya Glaucia.
La contadora Celia Ayala, que dirige el Ministerio de la Mujer en la Misión Ecuatoriana del Sur, una sede administrativa de la Iglesia Adventista para la región sur de Ecuador, cree que es muy importante tener ese espacio para “conciliar los desafíos que tenemos como denominación para poder desarrollar una planificación clara, intencional, con prioridades para que, como líderes, podamos acompañar a la iglesia local de forma mucho más cercana y tener objetivos más claros”. “Queremos tener más resultados y ser más efectivos en el cumplimiento de la misión”, destaca.
Para eso, ella resalta que el primer paso es que los miembros conozcan la realidad que tienen en su iglesia local, sus principales desafíos, y después profundicen en la planificación para saber cómo desarrollarlo y tener los resultados esperados.
Apoyo continuo y constante
Según el pastor Edward Heidinger, secretario ejecutivo de la sede sudamericana adventista, la definición de las prioridades estratégicas potencia el esfuerzo colectivo para cerrar las brechas o desafíos enfrentados por las iglesias locales. Uno de ellos es sobre la retención de miembros, lo que está directamente relacionado al discipulado.
“Cuando asumimos esa prioridad de discipular juntos logramos unir fuerzas con respecto a los recursos financieros y estrategias para atender a los nuevos miembros que están llegando a la iglesia. Hacer una planificación unificada permite priorizar lo que es un gran problema para la iglesia local, y que a veces, sola, no puede solucionar, pero que, sumando las fuerzas de todos, podemos superarlo”, afirma.
Durante una reunión, los líderes de todas las instancias administrativas de la Iglesia Adventista fueron invitados para contribuir con la planificación (Foto: Gustavo Leighton)
La planificación estratégica integrada también contribuye con el fortalecimiento de la unidad de la iglesia, que hoy se muestra un desafío creciente en diversas regiones del mundo. “Estamos viviendo en un tiempo en que hay una tendencia de querer avanzar solos. Las iglesias locales miran a otras denominaciones y piensan: ‘Son más independientes, hacen más cosas solas’. La independencia tiene un ‘encanto’ que llama la atención, pero, por otro lado, la unidad y la integración tienen más fuerza que la independencia. Juntos vamos a poder hacer mucho más que lo que hacemos solos. Cuando nos juntamos, creamos un movimiento, una sinergia que nos permite ir más rápido y hacer más”, amplía Heidinger.
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